1. Ramallosa (Nigrán)
Ramallosa es un pequeño núcleo costero que combina casas tradicionales gallegas con senderos hacia la desembocadura del río Miñor, ofreciendo unas vistas únicas del estuario. Su tranquilidad contrasta con la cercanía de la playa de Panxón, haciendo que los peregrinos puedan disfrutar de un tramo apacible y pintoresco.
Se dice que antiguamente las sirenas protegían a los pescadores que faenaban en la ría, guiándolos a puerto en noches de niebla. Mientras caminas por Ramallosa, es imposible no detenerse en el puente sobre la Foz do Miñor y contemplar el paisaje que ha inspirado a generaciones de locales.
2. Cesantes (Redondela)
Cesantes mantiene un aire marinero, con calles estrechas y un encanto rural que parece detenido en el tiempo. La ría de Vigo se extiende ante los ojos del peregrino, y las pequeñas playas y zonas de costa invitan a contemplar el mar en silencio.
La iglesia de Santa María de Cesantes es un ejemplo del patrimonio religioso local y merece una breve visita. Las leyendas hablan de luces misteriosas que aparecían sobre la ría para guiar a los pescadores en noches de niebla, y pasear por sus calles permite sumergirse en la Galicia más auténtica.
Los mejillones y percebes de la ría son productos que reflejan la identidad gastronómica del pueblo y que no hay que dejar de probar.
3. Arcade
Arcade es un pequeño pueblo ribereño que combina tradición y naturaleza, con el río Verdugo atravesando su corazón y puentes de piedra que recuerdan siglos de historia.
Este pueblo es especialmente famoso por sus ostras, consideradas de las mejores de Galicia, y su gastronomía atrae a peregrinos y locales por igual. La leyenda local cuenta que los cruces que se encuentran a lo largo del Camino protegen a los caminantes de los peligros del río, y todavía hoy se puede sentir esa conexión con la historia mientras paseas por sus calles tranquilas.
Además de disfrutar del paisaje y los productos locales, los miradores sobre el río ofrecen un respiro perfecto para contemplar la ría y el entorno natural.
5. Briallos (Caldas de Reis)
Briallos es un pequeño núcleo rural rodeado de naturaleza, donde los caminos invitan a descubrir la Galicia más verde.
Los bosques atlánticos y las cascadas del Río Barosa crean un escenario de gran belleza que se combina con la historia de la zona, reflejada en los cruces tradicionales que salpican el pueblo. Una leyenda cuenta que duendes protegían estos bosques y sus cascadas, un toque de misterio que añade magia a la caminata.
Los productos locales, como los quesos y la miel artesanal, permiten saborear la autenticidad de Briallos después de un día recorriendo sus senderos.

5. Pontecesures
Pontecesures es un pueblo ribereño que conserva la esencia de la Galicia marinera. Sus calles reflejan la vida tradicional y un paseo fluvial permite acercarse a la ría de Arousa, donde la navegación y la pesca marcaron la historia del lugar.
La iglesia de Santiago, centro del pueblo, es testigo de siglos de devoción y tradición. Antiguamente se decía que las aguas de la ría traían suerte a los barcos que pasaban frente al pueblo, un recuerdo de la estrecha relación entre la vida local y el mar.
6. Caldas de Reis
Caldas de Reis combina patrimonio histórico y naturaleza. Sus termas y fuentes de agua caliente son famosas desde la época romana, y el casco antiguo invita a pasear por calles tranquilas y plazas llenas de historia.
Las aguas termales se consideran revitalizantes y su puente romano es testigo del paso de los siglos.
7. Padrón
Padrón es famoso por su tradición literaria y gastronómica. Sus calles antiguas reflejan la historia de un pueblo que vio pasar a peregrinos durante siglos, y la iglesia de Santiago es un punto de referencia imprescindible.
Aquí es donde los pimientos de Padrón adquieren protagonismo, pequeños pero llenos de sabor, un producto típico que no puedes dejar de probar. La leyenda del apóstol Santiago añade un toque místico: se dice que fue trasladado desde Jerusalén hasta Padrón, dejando marcas en la historia y el folklore local.
Por qué recorrer estos pueblos con Viajeros Canallas
Recorrer estos pueblos con Viajeros Canallas permite disfrutar de 7 noches y 8 días de alojamiento en albergues seleccionados, con transporte de mochilas opcional para caminar ligero.
Cada pueblo ofrece su propia esencia, leyendas y sabores locales, convirtiendo la experiencia en un viaje por la Galicia más auténtica y menos turística.
FAQs sobre los pueblos del Camino Portugués por la Costa
¿Cuánto se camina al día en el Camino Portugués por la costa?
En el Camino Portugués por la Costa, harás 124 km en 6 etapas, que van desde Baiona a Santiago de Compostela. La duración de este viaje es de 8 días y 7 noches.
¿Es apto para principiantes?
Sí, combina tramos llanos y suaves subidas; con condición física básica es suficiente. Nosotros recomendamos entrenar caminando 4–5 km diarios y haciendo alguna ruta más larga con desniveles antes de tu viaje.
¿El viaje con Viajeros Canallas incluye una guía acompañante?
No, cada peregrino va a su propio ritmo. El Camino Portugués con nosotros incluye: 8 días/siete noches en albergues privados en habitaciones compartidas, media pensión, la credencial, el WhatsApp de contacto de tu coordinador de viaje, nuestras recomendaciones, la Guía Canalla para que disfrutes al máximo de tu experiencia y siempre alguna sorpresa!
¿Se necesita transporte de mochilas para hacer la ruta?
No es obligatorio, Viajeros Canallas ofrece este servicio opcional para quienes prefieren caminar más ligeros y disfrutar de los pueblos sin cargar con todo su equipaje.
¿Cuántas comidas incluye el viaje con Viajeros Canallas?
En el precio del Camino va incluída la media pensión, que consta de 6 cenas y 6 desayunos más la cena en Santiago de Compostela el día que se llega.
