¿Cómo prepararme para hacer el Camino de Santiago?

No te voy a engañar, yo que he realizado retos y largas caminatas, te aseguro que no siempre estoy motivado, pero sí te voy a decir algo que para mí es clave:

Hay días que te apetece hacer ejercicio, que tienes ganas de que llegue el momento, pero los días que no te apetece ni levantarte de la cama, cuando vuelves a casa con el entrenamiento terminado, la recompensa es 3 veces mayor.

Por lo cual, motívate. Yo utilizo mucho la visualización. Antes de cualquier reto, me imagino disfrutándolo, sonriendo, pasándolo en grande. Y sé que si voy preparado, me será más fácil.

Te recuerdo que el Camino de Santiago es simplemente andar, en nuestro caso etapas de 22-23 kilómetros de media. A tu ritmo y con paradas.

Esto hace que el entrenamiento en sí no tenga que ser muy exigente por lo que no necesitas ponerte muy en forma en el gimnasio ni nada por el estilo.

La palabra clave es constancia. Todos los días que puedas, camina 1 horita, 4 o 5 kilómetros y un poco más siempre que puedas.

Y, de vez en cuando, plantéate un pequeño reto: apúntate a un grupo de senderismo, sal con amigos, haz una ruta de 10 o 15 kilómetros y así irás comprobando tu estado físico.

Si eres constante, durante 2 o 3 semanas vas a empezar a ver el cambio y la mejora.

Obviamente este post está dirigido a todo el mundo, por lo que si vives en zonas de bastante desnivel, es posible que este consejo no sea de tu interés.

Bajo mi experiencia, me he encontrado personas que entrenaban siempre en zonas costeras o en un medio muy llano y he podido ver cómo sufrían más de articulaciones y, sobre todo, de las rodillas.

Así que, es muy importante que utilices desniveles, y si no los hay en la zona, que busques lugares en los que puedas subir y bajar para simular la irregularidad del terreno.

Tal vez, los estiramientos sean unos de los grandes olvidados, incluso para mí, que a veces me cuesta dedicarle esos 5 minutillos de nada. Pero sin duda son muy importantes, sobre todo si queremos evitar lesiones, dolores y molestias indeseadas.

En este caso, lo importante, ya que estamos andando para hacer el Camino de Santiago, es enfocarnos en el tren inferior, es decir, estirar cuádriceps, gemelos, isquiotibiales y abductor.

Si no dominas mucho las técnicas de estiramiento, no te preocupes: apóyate en cualquier tutorial sencillo de Internet.

Vuelvo a cómo empezamos: la motivación. Y no es un secreto decirte que es más sencilla encontrarla con amigos.

Solamente el hecho de quedar, de ver a gente querida, de hacer esa caminata con ellos mientras hablas, ríes, e incluso luego te tomas la famosa cervecita de la excusa (yo no sé cuántas veces habré ido a entrenar por hacer ejercicio o por la cervecita de después).

Ahí te recomiendo que saques tu lado canalla, que organices tu grupo de WhatsApp con la gente de tu zona, con tus amigos, que empieces a hacer quedadas para hacer pequeñas rutas… Es decir, saca a relucir tu parte provocadora.

Y antes de terminar te voy a dar un tip extra ➡️ Recuerda siempre utilizar para estos entrenamientos el calzado que te vayas a llevar al Camino de Santiago.

A veces me comentáis que un calzado que habéis comprado hace poco tiempo ya lo habéis utilizado 5 o 6 veces.

¡¡Error!! Un calzado usado necesita muchos más kilómetros, así que ponte en marcha y a entrenar. Y si todavía tienes dudas sobre qué camino hacer, no te pierdas nuestro primer post.

Si quieres ver el vídeo de Alberto, director de Viajeros Canallas, hablando sobre el entrenamiento para el Camino de Santiago en grupo, te lo dejamos aquí abajo